Cuando evitamos tareas pendientes, y de una forma u otra siempre encontramos excusas para aplazar su realización. ¿Es simple pereza o hay algo más detrás de tan odiosa costumbre?

 Según algunos estudios las tareas que queremos que se lleven a cabo mejor, y a las que más importancia otorgamos, son las que más frecuentemente demoramos. Más que pereza,lo que hay detrás de la procrastinación es un exceso de perfeccionismo.

 Lo que si es indiscutible es que el postergar asuntos pendientes; dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, puede llegar a convertirse en un hábito nefasto que acarrea un coste elevado, ya que los retrasos evitables generan pérdidas de productividad, además de causar estragos emocionales, principalmente mermando la autoestima. En el aspecto personal, la procrastinación extrema puede dar lugar a una vida con más sueños que realidades, más frustraciones y tareas pendientes que logros.

 En defensa de nuestras aspiraciones y más anheladas metas tenemos que aprender a cómo combatir este perjudicial comportamiento.

El inicio de todo problema y por tanto su solución está en uno mismo, así que empieza por reconocer y aceptar que eres víctima, y a su vez creador, de un obstáculo que te impide avanzar. Ya teniendo al enemigo en el punto de mira; dispárale. El arma más certera: la organización. Divide el trabajo en tareas más pequeñas. Imponte plazos que te obliguen a
trabajar por objetivos, así no se te acumularán los quehaceres . Intenta realizar regularmente el mismo tipo de actividad en la misma franja horaria, crearás una rutina. Programa descansos entre tareas. Créate un sistema de pequeñas recompensas por labores terminadas a tiempo.

Aprende a decir no a esa vocecilla afilada que esconde al ego y nos empuja a buscar la perfección no productiva; este camino lleva al auto-maltrato, y por último al bloqueo y
la parálisis como estrategia defensiva interna hasta haber recuperado el equilibrio del diálogo interno.

 Y  muy importante, cuida tu entorno, es decir, aleja las distracciones y procura sentirte cómodo en el espacio de trabajo. El sitio donde trabajas ha de cumplir la función de motivarte, de impulsar tus anhelos; otórgale el valor que merece tu espacio de trabajo y procura que este contribuya de manera activa al logro de tus metas.

Con mucha fuerza de voluntad, disciplina, amor propio; y el apoyo que te brindamos en los espacios de coworking; emprende esos proyectos hoy; no mañana , ni después.